El canto conecta, llega al alma, despierta la alegría y nos recuerda quiénes somos realmente. Cuando cantamos nos conectamos con nuestro yo más profundo y con la tierra.
Cantamos mantras, canciones africanas y nativas americanas, canciones del corazón, acompañadas de guitarra o percusión... y también escuchamos concientemente el silencio. Las letras son fáciles y están bien visibles en el centro de la sala. Mientras se canta se pueden seguir los propios impulsos.
La entrada es libre.
Al final de la noche se puede hacer una donación.
p.ej. 5 - 15€